Javier Mendicute, jefe de servicio de Oftalmología de la OSI Donostialdea: “Estamos en niveles habituales de consulta presencial, tomando todas las precauciones que este tipo de consultas exigen”

Las 3500 intervenciones de cataratas que anualmente realiza el equipo del Servicio de Oftalmología de la OSI Donostialdea ilustran el volumen de trabajo al que tiene que hacer frente y su importancia para nuestra organización. De la misma manera que el resto de los servicios de la OSI, su actividad se ha visto alterada por la COVID-19 y como señala su responsable, Javier Mendicute “hemos tenido que hacer de la improvisación virtud”, algo que les ha ayudado a realizar una importante reflexión estratégica sobre su labor y de esta manera preparar su acreditación para ofrecer formación especializada en Áreas de Capacitación Específica. Javier nos cuenta como han reorganizado su servicio y hemos aprovechado para preguntarle otras cuestiones relacionadas con su especialidad.

 

Ha sido un año difícil y complicado para todas las unidades de la OSI Donostialdea, ¿Cómo habéis afrontado este año?

Hemos tenido que hacer de la improvisación virtud. Nadie podía imaginar que nos tuviéramos que enfrentar a una situación como la vivida. Gracias a la colaboración de todo el personal nos hemos adaptado a los cambios.

 

¿El servicio de oftalmología se ha tenido que reorganizar de alguna manera?

Es evidente que en marzo y abril la situación fue dramática. Debido al volumen de nuestras agendas, tuvimos que reubicar más de 6000 pacientes que teníamos que haber atendido durante el confinamiento. Seguimos atendiendo a pacientes que no podían ser demorados, mantuvimos los tratamientos intravítreos de patología retiniana y la cirugía urgente, como los desprendimientos de retina. Y también vimos la oportunidad de impulsar sistemas de asistencia como la teleretina y el teleglaucoma, que empezaron a funcionar a primeros de mayo.

 

En muchas especialidades se han rebajado las consultas presenciales para darles más cabida a las telefónicas, ¿también ha sido vuestro caso? Si es así, ¿Cómo han reaccionado los y las pacientes?

Nuestra especialidad depende mucho de equipos diagnósticos. Durante el confinamiento, las consultas telefónicas sustituyeron a las presenciales y permitieron discriminar qué pacientes había que ver y cuáles estaban lo suficientemente estables como para ser demorados. Actualmente, la consulta telefónica es testimonial y prácticamente estamos en niveles habituales de consulta presencial, tomando todas las precauciones que este tipo de consultas exigen.

 

¿La importancia de llevar un seguimiento y tratamiento de procesos oculares graves y de patología crónica o compleja, cuyo aplazamiento puede comportar una pérdida importante de visión y de calidad de vida, ha sido posible durante la pandemia?

Sí, toda la patología urgente y/o grave ha sido atendida con normalidad: pudimos y podemos asegurar este tipo de asistencia.

 

Durante la pandemia nuestros ojos han estado sometidos a un abuso de la visión cercana, a escasa o nula actividad al aire libre y al uso continuado de pantallas, ya sea por teletrabajo o por ocio a través de la televisión o de dispositivos móviles. ¿Esta situación ha disparado los síntomas de fatiga ocular y de ojo seco?

La fatiga visual asociada al uso de dispositivos y a la lectura prolongada han exacerbado los síntomas en pacientes con ojo seco. Salvo en los casos graves, ciertas recomendaciones de higiene ocular y el uso de lágrimas artificiales han sido suficientes.

 

A pesar de las dificultades durante la pandemia, vuestro servicio ha sabido sacar rendimiento al año 2020, habéis participado en diferentes congresos y recibido varios reconocimientos…

El Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Donostia ha cerrado un año 2020 muy activo en ese sentido. Hemos mantenido nuestra presencia en congresos y seminarios, aunque en esta ocasión la mayoría han sido virtuales.

Y respecto a los reconocimientos, el congreso de la Sociedad Española de Oftalmología celebrado en septiembre, me seleccionó para presentar la “Conferencia Prof. Joaquín Barraquer», en la que hablé sobre nuestra experiencia clínica e investigadora en el síndrome de pseudoexfoliación y cirugía de la catarata.

La celebración del 35º Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Implanto-refractiva (SECOIR) también fue aplazada al mes de septiembre. Los diferentes miembros del Servicio de Oftalmología, participaron en varias sesiones como ponentes y realizaron comunicaciones libres. La residente Leire Galdós, bajo la tutela de la Dra. Martínez-Soroa, fue distinguida por la comunicación “Análisis retrospectivo de ectasias corneales primarias y secundarias tras la aplicación de cross-linking acelerado: resultados a un año”, como Premio a la mejor comunicación en la Sección de Córnea.

A su vez, la Dra. Itziar Martínez-Soroa, junto a los Dres. Victoria de Rojas y Ramón Lorente, presentaron la Monografía que esta sociedad edita sobre “Catarata, Córnea y Superficie Ocular”. Un libro que los autores han realizado en colaboración con cirujanos nacionales e internacionales más influyentes en patología corneal, confeccionando así un manual de referencia para el abordaje y tratamiento de la cirugía de la catarata en pacientes que presentan diversas patologías que afectan a la córnea y a la superficie ocular. Los autores también me ofrecieron el honor de prologar el libro, labor que hice con la satisfacción de ver concretada una excelente obra de la que fue mi primera residente como Jefe de Servicio.

La participación de los oftalmólogos de la OSI Donostialdea en el 42º Congreso de la Asociación Oftalmológica del Norte, organizado este año por la OSI Bilbao-Basurto, también fue activa, en ponencias sobre Glaucoma, Queratocono, Glaucoma, Uveítis y Retina. De nuevo la residente Leire Galdós, junto a Itziar Martínez-Soroa, Aritz Bidaguren y Nahia Goñi Damborenea fueron galardonados en la sección de Mejor comunicación en la Sección de Segmento Anterior con la comunicación “Análisis densitométrico en queratocono tras la aplicación de Cross-Linking acelerado: resultados a un año”.

 

A lo largo de nuestra vida ¿la vista se va gastando?

Los órganos que no se usan, se atrofian; el uso adecuado de la visión no la gasta. Pero la vista sufre cambios fisiológicos con la edad, como la presbicia o vista cansada que nos obliga a usar gafas de cerca a partir de los 50 años y el cristalino se opacifica y aparecen las cataratas. Son cambios fisiológicos que hay que aceptar y para los que la oftalmología ofrece soluciones médicas y quirúrgicas.

 

¿Cuáles son las patologías que más tratáis y a qué se deben?

Las cataratas, con más de 3500 cirugías anuales en este hospital, es el proceso quirúrgico más frecuente. Después la retina, con tratamientos no demorables, nos obliga también a tratar con tratamientos intravítreos a más de 175 pacientes semanales.

 

¿Cuáles son los factores de riesgo más peligrosos para la vista?

El tabaco, una alimentación inadecuada y un mal control de la diabetes están en el origen de la mayor parte de nuestras patologías. Sobre la genética, la epigenética tiene mucho que decir.

 

¿Es posible prevenir la aparición de ciertas enfermedades oculares? ¿Cómo?

Sin duda, mantener buenos hábitos nutricionales y el evitar tóxicos pueden ser claves. Y el evitar la excesiva exposición al sol.

 

¿Cómo tenemos que cuidar nuestros ojos y nuestra visión y con qué frecuencia hay que revisarse la vista?

El cuidado de los ojos exige una buena prescripción óptica, de ser necesaria, y seguir unas elementales normas respecto a hábitos visuales, optimización de condiciones de iluminación y humedad en los ambientes de trabajo.

Las revisiones en salud pueden ser importantes antes de los 6, para detectar “ojos vagos”, y después de los 50 años, para detectar glaucomas y cada 2-3 años. En los demás casos, consultar ante síntomas.

 

¿Es importante llevar unas buenas gafas de sol? ¿En el caso de los y las niñas también?

Sí, unas buenas gafas de sol son necesarias, en zonas de mucha exposición solar y altitud, donde no existe una adecuada filtración de ultravioletas. También hay que pensar que la luz es fundamental para mantener el ritmo nictemeral de muchos procesos biológicos y llevar gafas de sol en exceso puede ser también perjudicial. Personalmente, en niños solo recomiendo llevar gafas de sol en actividades de gran exposición como en el esquí.

 

¿Cuáles son los retos del servicio a corto y largo plazo?

Estamos inmersos en una reflexión estratégica. Es lo que traen las crisis.

Estamos preparándonos para acreditarnos para poder dar formación superespecializada en Áreas de Capacitación Específica, según el plan con el que trabaja el Ministerio de Sanidad para los próximos años.

Seguimos con nuestros compromisos docentes con los residentes. Los Dres. Bidaguren, Gibelalde, Gallego y Martínez-Soroa, como tutores de residentes, supervisan su formación. Y la Dra. Martínez-Soroa es la responsable de las comunicaciones y publicaciones de los residentes que están mereciendo el reconocimiento que hemos mencionado.

Estamos pendientes de acreditación, tras pasar la auditoria correspondiente el pasado mes de Noviembre, como CSUR de distrofias retinianas en un proyecto promovido por la Dra. Cristina Irigoyen y los miembros de la Sección de Retina.

Y contamos con una Unidad de Investigación, coordinada por la Dra. Arantxa Acera, que mantiene su actividad tanto en proyectos competitivos como en ensayos clínicos.

¿Y mi reto personal en relación con el Servicio de Oftalmología? Mi compromiso siempre ha sido dejar una situación asistencial mejor que la que me encontré y facilitar que los proyectos de todo el staff se hagan realidad.

 

¿Algún último comentario?

Sí, aprovechar estas líneas para agradecer a todos los profesionales del Servicio de Oftalmología su dedicación a este proyecto. Todos deberían haber estado hoy representados en esta entrevista.

Y transmitir también el compromiso del Servicio de Oftalmología con todos los retos y con todos los trabajadores del Hospital Universitario Donostia y de la OSI Donostialdea.